
Así pues, si Platón hubiera vivido en un entorno donde la Iglesia era la institución imperante del momento y donde no creer en Dios era motivo de persecución, como ocurría en el la Edad Media, posiblemente en su teoría de las Ideas, no aparecería el Demiurgo, sino el nombre de Dios, ya que durante ese período no aceptar que Él era el creador era considerado blasfemia.
Por tanto, podemos apreciar que, en este aspecto, la Iglesia Católica y Platón tienen la necesidad de reparar en la concepción de un ser superior y divino como creador del mundo y modelo máximo de justicia y bondad.
Josemi Pérez