En una época marcada por el predominio del escepticismo como corriente filosófica, los escépticos, en contraposición a los dogmáticos, no creían en la capacidad del hombre para alcanzar la verdad, ya que debían dudar absolutamente de todo, llegando, incluso, a la suspensión del juicio, lo que les permitía lograr tranquilidad en el alma.
miércoles, 24 de marzo de 2010
En una época marcada por el predominio del escepticismo como corriente filosófica, los escépticos, en contraposición a los dogmáticos, no creían en la capacidad del hombre para alcanzar la verdad, ya que debían dudar absolutamente de todo, llegando, incluso, a la suspensión del juicio, lo que les permitía lograr tranquilidad en el alma.
lunes, 16 de noviembre de 2009
¿Podríamos hablar del teoplatonicismo?
Platón tuvo la necesidad de concebir al Demiurgo como motivo de la existencia del Mundo Sensible; si este mundo existía era porque alquien lo había generado a partir de las Ideas Innatas y este alguien era el Demiurgo. Del mismo modo, los cristianos, gracias a la interpretación de los libros sagrados, consideraban que quien realmente creó el mundo, no fue otro, sino Dios y lo hizo a su imagen y semejanza. Estas dos maneras de aceptar que el mundo existe gracias a la acción de un ser superior, capaz de obrar y modificar la materia a partir de lo que es justo y bueno (Dios en un caso y las Ideas Inntas en el otro), con el objetivo de crear un mundo habitable es la misma en ambos casos.
Así pues, si Platón hubiera vivido en un entorno donde la Iglesia era la institución imperante del momento y donde no creer en Dios era motivo de persecución, como ocurría en el la Edad Media, posiblemente en su teoría de las Ideas, no aparecería el Demiurgo, sino el nombre de Dios, ya que durante ese período no aceptar que Él era el creador era considerado blasfemia.
Por tanto, podemos apreciar que, en este aspecto, la Iglesia Católica y Platón tienen la necesidad de reparar en la concepción de un ser superior y divino como creador del mundo y modelo máximo de justicia y bondad.
Josemi Pérez
domingo, 15 de noviembre de 2009
ACTUALIZACIÓN DE LA MUERTE DE SÓCRATES
Actualmente, como sócrates muchos políticos han intentado cambiar algunas leyes que afectan a las costumbres de cada sociedad, en el caso de nuestro país, podemos destacar la ley del aborto y la nueva ley de educación, estas leyes han sido muy criticadas dentro de la sociedad, por el miedo a lo nuevo, ya que la gran parte de la sociedad sigue ligada a viejas creencias y cerrada en su ignoracia, como para Platón lo están los prisioneros de la caverna.
Cristian Guillem
martes, 13 de octubre de 2009
Platón, contexto político y social
lunes, 12 de octubre de 2009
Platón, contexto político y cultural
Cristian Guillem.
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DESORDEN CAÓTICO
Heráclito utilizó este aforismo para expresar que el Universo, desde su comienzo, está en continuo cambio.
Para él, el primer principio que explica el funcionamiento del universo es el 'fuego'. Heráclito utiliza esta imagen literaria para afirmar que el Universo tiene como naturaleza esencial el movimiento, es decir, las cosas cambian y se nos presentan a nuestros sentidos de manera caótica y desordenada, lo que provoca opiniones distintas. Estas opiniones son subjetivas ya que dependen del individuo y del momento en que tengan lugar. Platón acepta estas ideas de Heráclito y llega a la conclusión de que lo que poseemos son meras opiniones, no conocimiento, ya que de lo cambiante no se puede tener conocimiento.
Platón llega a esta conclusión porque desconoce una parte de la filosofía de Heráclito, según la cual, el proceso constante de cambio y que provoca ese aparente desorden está gobernado por un logos, accesible a la razón humana.
Josemi Pérez.
domingo, 11 de octubre de 2009
Gobernantes
Actualmente, esta idea de Platón se sigue "utilizando" ya que nuestros políticos actúan de manera justa y buena, aunque a nuestros ojos esa manera de actuar no es la misma que Platón pretendía. El problema radica en que lo que algunos de esos políticos consideran correcto es aquello que les permite continuar en el poder (corrupción, engaño, etc), idea totalmente contraria al pensamiento de Platón que, incluso, anteponía la felicidad de los ciudadanos a la de los propios políticos.
Josemi Pérez y Cristian Guillem.