Platón tuvo la necesidad de concebir al Demiurgo como motivo de la existencia del Mundo Sensible; si este mundo existía era porque alquien lo había generado a partir de las Ideas Innatas y este alguien era el Demiurgo. Del mismo modo, los cristianos, gracias a la interpretación de los libros sagrados, consideraban que quien realmente creó el mundo, no fue otro, sino Dios y lo hizo a su imagen y semejanza. Estas dos maneras de aceptar que el mundo existe gracias a la acción de un ser superior, capaz de obrar y modificar la materia a partir de lo que es justo y bueno (Dios en un caso y las Ideas Inntas en el otro), con el objetivo de crear un mundo habitable es la misma en ambos casos.
Así pues, si Platón hubiera vivido en un entorno donde la Iglesia era la institución imperante del momento y donde no creer en Dios era motivo de persecución, como ocurría en el la Edad Media, posiblemente en su teoría de las Ideas, no aparecería el Demiurgo, sino el nombre de Dios, ya que durante ese período no aceptar que Él era el creador era considerado blasfemia.
Por tanto, podemos apreciar que, en este aspecto, la Iglesia Católica y Platón tienen la necesidad de reparar en la concepción de un ser superior y divino como creador del mundo y modelo máximo de justicia y bondad.
Josemi Pérez